Probablemente no lo eran.
La semana pasada hubo un poco de conmoción después de que el fiscal general de Utah, Mark Shurtleff, tuiteó varias veces sobre la ejecución del asesino convicto Ronnie Lee Gardener. No enlazaré con ellos aquí, pero si estás interesado, Mashable brinda una buena cobertura. El fiscal general de Utah probablemente no pensó mucho en las consecuencias de lo que él estaba exponiendo. No se dio cuenta de que, debido a que se sintió frío y sin emoción, los demás pueden tener una reacción emocional. No ayudó a su propia marca, o en realidad, ni siquiera a la de Utah.
La reacción contra el Shurtleff fue fuerte e inmediata. Aquí hay algunas palabras que se usan para describir los tweets del Fiscal General Shurtleff:
- No profesional
- Inapropiado
- Vergonzoso
- Asqueroso
- Calloso
- Macabro
Obviamente, lo que sucedió el viernes es un ejemplo extremo, pero el hecho es que todos los días los dueños de negocios se arriesgan a lastimarse a sí mismos al tuitear cosas que pueden dañar su marca. A veces, la facilidad de publicación nos hace olvidar que también nos representamos a nosotros mismos en nuestras empresas y que tenemos que ser responsables. Sus interacciones en las redes sociales deben mejorar su marca, no empañarla. Las consecuencias de un tweet "malo" pueden ser peores que solo dar a las personas razones para dejar de seguirte. A veces, pueden perder su asociación o dar a los clientes una razón para no hacer negocios con su empresa.
Solo porque puedas twittear todo, no significa que debas hacerlo. Antes de presionar ese botón, pregúntese cuál es su marca (o qué quiere que sea) y si lo que está a punto de publicar lo compila o le quita. Una cosa es publicar un tweet poco convencional sobre tu vida, pero otra es cruzar una línea de una cuenta corporativa que la gente no quiera que se cruce.
Hoy en día hay un foco de atención en las marcas mucho más grande de lo que solía haber. Y eso significa que la gente siempre está mirando. Están viendo Twitter, Facebook, LinkedIn y todos los puntos de contacto de otras marcas que están creando. El hecho de que la conversación se haya vuelto menos formal no significa que no siga representando su marca en la Web. En el nuevo entorno de hoy, sus palabras viajan más lejos y más rápido que nunca. Clientes, proveedores, socios y colegas están observando. Si desea guardar su marca, piense en su marca antes de twittear.
- ¿De qué se trata tu marca?
- ¿Cómo se basará el contenido que estás publicando?
- ¿Cuáles podrían ser las consecuencias?
¿Cuáles son tus propias reglas para lo que harás o no lo harás?
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