La semana pasada, en una reunión de una organización que proporciona financiamiento inicial para empresas nuevas con alto potencial de crecimiento, hablé con varios empresarios sobre sus esfuerzos para obtener su ronda de financiamiento "A" de parte de capitalistas de riesgo y grupos de ángeles.
Una vez más, escuché que los empresarios se abstienen de decir que tienen problemas para atraer inversionistas para que financien sus empresas hasta que uno de ellos se interese. Pero tan pronto como un inversionista se interesa, muchos otros lo siguen.
$config[code] not foundEste patrón, que he oído informar muchas veces, tiene mucho sentido si aplica un poco de psicología social para comprender cómo las personas toman decisiones sobre la inversión en empresas de nueva creación. Cuando las cosas son inciertas, lo que ciertamente son nuevas empresas de alto crecimiento, las personas miran el comportamiento de los demás para descubrir cómo juzgar el valor de algo.
La psicología social de la toma de decisiones bajo incertidumbre nos da la siguiente regla acerca de cómo los inversionistas deciden si financiar nuevas empresas: si otras personas piensan que una nueva empresa es una buena inversión, entonces lo es. Si otras personas no piensan que una nueva empresa es una buena inversión, entonces no lo es.
El principio psicológico detrás del comportamiento de los inversores me sugiere que los creadores de políticas públicas interesados en fomentar el espíritu empresarial de alto crecimiento en su región deberían establecer "Potemkin Village Ventures". Nombrado por el ministro ruso que construyó aldeas falsas para engañar a Catalina la Grande, este fondo de riesgo dirigido por el gobierno expresaría un interés "falso" en la financiación de nuevas empresas. Como resultado de este falso interés, los verdaderos capitalistas de riesgo y los ángeles de negocios se interesarían y financiarían a las compañías.
Obviamente, Potemkin Village Ventures nunca podría suceder. No solo los inversores descubrirían lo que estaba pasando con el tiempo, sino que las entidades gubernamentales no querrían participar en una actividad con una ética tan sombría.
Pero la idea de Potemkin Village Ventures ilustra mi punto de vista. Gran parte de lo que hacen los inversionistas cuando deciden qué compañías potenciales financiar son mirar hacia lo que otros inversionistas están interesados en averiguar qué deben financiar. Su proceso de toma de decisiones implica mucho más psicología de grupo y mucho menos economía racional de lo que mucha gente piensa.
Los empresarios, los inversores y los responsables políticos deben reconocer la psicología detrás de la inversión en empresas de nueva creación en lugar de tratar siempre de racionalizarla.
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