Theranos, la compañía médica de Silicon Valley, está cerrando todos sus laboratorios clínicos y centros de bienestar. La fundadora de la compañía, Elizabeth Holmes, quien una vez fue llamada la mujer multimillonaria más joven del mundo, publicó una carta abierta en la que explicaba los cierres y despidos al decir que la compañía iba en una nueva dirección. Esa nueva dirección es un enfoque más basado en el producto, que se centra en la plataforma Theranos miniLab, un pequeño dispositivo de análisis de sangre. Anteriormente, la compañía se había centrado en proporcionar servicios de análisis de sangre convenientes y económicos en sus ubicaciones. Pero Theranos ha enfrentado algunas investigaciones federales y fuertes sanciones debido a preguntas sobre sus productos y servicios. Por lo tanto, centrarse en productos en lugar de servicios permitiría a Holmes seguir dirigiendo la empresa, incluso si se le ha prohibido poseer u operar laboratorios en los próximos dos años. Esencialmente, parece que Theranos intentó hacer algo que ninguna otra compañía médica pudo hacer: proporcionar análisis de sangre realmente económicos y convenientes. Pero eso puede haber llegado a expensas de cosas como la calidad y la precisión. Y ahora la compañía está teniendo que hacer cambios por eso. Proporcionar servicios convenientes y económicos a los consumidores es un objetivo admirable para cualquier empresa. Pero tiene que asegurarse de hacerlo de la manera correcta y de no sacrificar la calidad por el precio y la comodidad en el proceso. No querrá tener que cambiar todo el modelo de su negocio debido a las sanciones y otros problemas comerciales que se avecinan. De archivo: Newsy El peligro de sacrificar la calidad por precio y conveniencia