En el siglo XXI, la pequeña agricultura parece ser tan arriesgada como siempre lo ha sido. Si bien muchos agricultores aman la vida que tienen y no quieren hacer otra cosa, los desafíos duales de la economía global y los cambios en los patrones climáticos hacen que la pequeña agricultura comercial sea una búsqueda que no es para los débiles de corazón. Tanto el cultivo de hortalizas como la cría de ganado están sujetos a los caprichos de la naturaleza y la competencia de las grandes empresas.
$config[code] not foundGrandes granjas
Uno de los mayores desafíos para las pequeñas fincas proviene de las grandes fincas. Debido a las economías de escala, una granja de 5,000 acres puede cobrar menos por libra por los millones de papas que produce cada año que la granja pequeña por sus miles del mismo producto. Muchas regulaciones gubernamentales de salud e infraestructura requieren inversiones que solo las granjas grandes pueden pagar, lo que agrega otro desafío financiero al pequeño agricultor. Un ejemplo de esto fue el requisito de un cierto tamaño de tanques a granel en las lecherías, un reglamento que puso a muchas granjas lecheras pequeñas fuera del negocio porque no podían pagar el equipo.
Sequia e inundaciones
Los agricultores siempre han estado sujetos a los caprichos del clima. Muy poca lluvia y un cultivo falla demasiado germinan, demasiada lluvia y se ahoga. De cualquier manera, el agricultor pierde a menos que ocurran condiciones estacionales dentro de la ventana que permite que un cultivo crezca. La irrigación ha mediado hasta cierto punto el efecto de la sequía, pero la irrigación en sí misma puede causar problemas como la disminución del nivel freático y la salinización de los suelos. Ante los cambios en los patrones climáticos y el cambio climático, los agricultores se enfrentan a más desafíos que nunca mientras intentan producir alimentos sin saber qué clima les depara el clima.
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Traído a ti por Sapling Traído a ti por SaplingPetróleo
La agroindustria es totalmente dependiente del petróleo. Con la excepción de las granjas minúsculas que pueden operarse a mano o con la ayuda de caballos, esto es tan cierto para las granjas pequeñas como para las grandes, porque prácticamente todas las granjas comerciales usan tractores y fertilizantes y pesticidas derivados del petróleo. Así, además de estar en deuda con el clima, los agricultores responden a los caprichos de la economía petrolera mundial. Si los precios del petróleo se salen de control, o si la disponibilidad del petróleo se vuelve poco confiable, y algunos de los pronosticadores pronostican ambos, los pequeños agricultores enfrentarán desafíos muy serios a su capacidad para mantener la producción de alimentos y mantenerse a sí mismos.