En el pasado, las sociedades primitivas creían que los espíritus malignos y la ira divina podían hacer que un animal perdiera peso, informa el veterinario y autor Michael Thrusfield en "Epidemiología veterinaria". Ahora, los científicos comprenden que los virus, las bacterias y otros microorganismos pueden infectar al ganado y causar enfermedades graves, que pueden diagnosticar en parte mediante la observación de la pérdida de peso. Sin embargo, a pesar de los avances de la medicina veterinaria y el uso de vacunas, algunas enfermedades siguen siendo una amenaza para los ganaderos.
$config[code] not foundEnfermedad de Johne
También llamada paratuberculosis, la enfermedad de Johne es causada por la bacteria Mycobacterium paratuberculosis. La infección suele ser difícil de diagnosticar en sus primeras etapas, según Cattle Today. Provoca una inflamación intestinal que produce una baja producción de leche, diarrea y, en consecuencia, una pérdida de peso drástica. Según el Departamento británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales-Defra, no existe una cura para la enfermedad de Johne, por lo que los agricultores tienen que reprimir a los animales infectados para evitar una mayor contaminación.
Leucosis bovina enzoótica (EBL)
Esta enfermedad es causada por un virus, que es responsable de la aparición de leucemia y tumores múltiples. La pérdida progresiva de peso, anemia, debilidad y anorexia se encuentran entre los síntomas, informa el Departamento británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, Defra. Las lesiones cutáneas y la formación de tumores en diversos órganos, como los intestinos, el hígado y los ganglios linfáticos, también pueden ocurrir. Los agricultores deben sacrificar todo el ganado infectado.
Encefalopatía espongiforme bovina (EEB)
La encefalopatía espongiforme bovina, o EEB, es una nueva enfermedad neurológica que puede afectar a animales mayores de 5 años. Los síntomas incluyen reacciones exageradas al tacto o al sonido, debilidad de las patas traseras, temblores en la piel, exceso de la nariz y pérdida de la condición corporal, peso o producción de leche, según el Departamento británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales-Defra. La enfermedad dura muchas semanas y es fatal.