Cualidades de un buen árbitro

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Anonim

El arbitraje es la alternativa más comúnmente usada al litigio para resolver una disputa. Involucra a las partes en una disputa que presentan sus problemas a un árbitro imparcial, oa un panel de árbitros, para escuchar y determinar el asunto (ver referencia 1). El laudo arbitral es definitivo y tan vinculante como una sentencia judicial, por lo que el árbitro debe estar bien informado sobre los asuntos que se le presentan. Además, dado que el proceso de arbitraje depende del árbitro, él debe comportarse de una manera satisfactoria que dé confianza a las partes contendientes en la integridad del proceso.

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Habilidades de comunicación

Un buen árbitro muestra habilidades de comunicación efectivas siendo paciente, comprensivo, flexible y un buen oyente. El árbitro se elige mediante acuerdo entre las partes contendientes. En la audiencia del asunto, le da a todas las partes la oportunidad de ser escuchados y de presentar sus quejas por completo. El arbitraje es efectivo cuando el árbitro es paciente, permitiendo que cada parte exponga sus hechos, presente cualquier evidencia física o documental que pueda tener y escuche el testimonio de los testigos a los que puede llamar. Dado que el arbitraje no es un caso judicial, las partes deben poder presentar su caso sin interrupciones ni objeciones. Un buen árbitro es flexible y no carga a las partes con formalidades innecesarias. También se asegura de que tome nota de los puntos destacados que las partes plantean para su determinación.

Competente

Un árbitro debe tener conocimiento y experiencia en los asuntos que preside. La competencia se demuestra a través de calificaciones académicas, experiencia profesional en los asuntos en disputa o experiencia previa en arbitraje. Un buen árbitro capta de manera rápida y precisa los problemas en disputa y aplica su conocimiento en el área para hacer un premio que concluya de manera concluyente el asunto. El árbitro también debe estar bien versado en las reglas y prácticas de arbitraje para tomar decisiones satisfactorias. Por ejemplo, al igual que en los tribunales, el arbitraje se aplica a la cosa juzgada, que es un principio legal que prohíbe a las partes arbitrar asuntos que ya hayan sido determinados por otro árbitro o panel de árbitros competente.

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Objetivo

Un árbitro objetivo e imparcial otorga credibilidad e integridad al proceso. Un buen árbitro toma en cuenta todos los factores relevantes al tomar su decisión, ya que es definitiva y rara vez puede ser apelada ante un tribunal. El árbitro debe demostrar objetividad y respeto al tratar con las partes y abstenerse de tomar partido antes de haber escuchado todos los hechos. También se asegura de que los procedimientos continúen de manera imparcial y de que todas las personas presentes en el foro, incluidos él y las partes en disputa, se comporten con cortesía y con decoro. Las partes en disputa aceptarán más fácilmente el laudo arbitral cuando la conducta del procedimiento esté dentro de las expectativas razonables.

Discreto

A diferencia del litigio, el arbitraje es privado y confidencial y un buen árbitro entiende la necesidad de mantener la discreción a lo largo de los procedimientos y en la decisión. El árbitro no debe discutir la disputa con nadie que no esté involucrado en ella y también se abstiene de involucrar a cualquiera de las partes en discusiones privadas. Una vez que se concluye el asunto, el árbitro no divulga los detalles del resultado a menos que las partes den su consentimiento expreso para que lo haga o se requiera como una cuestión de ley o política pública.